martes, 16 de abril de 2013

Persiguiendo molinos de viento




Persiguiendo molinos de viento

Por: Cristiana Guevara-Mena



Don Quijote de la Mancha es una novela escrita en el siglo de oro de la literatura española, en la que Cervantes relata la historia de Alonso Quijano, un hombre cuyo único interés son los libros de caballería. Esta lectura le lleva a pensar que su deber es ayudar a los necesitados y luchar contra supuestos gigantes, que en realidad son sólo molinos de viento, en nombre de la libertad y la justicia. Don Quijote nos enseña que se puede decir la verdad sin miedo a las consecuencias, luchar por una causa justa, y mantener siempre nuestros valores y convicciones.

Los que queremos una Nicaragua mejor, nos encontramos siempre con muchos obstáculos que nos impiden la lucha por la justicia. Existe un sistema mafioso de gobierno que pretende controlar todo, invasivo y abusivo, decidido a aniquilar a todo aquel que amenace su dominio en el poder. Sin embargo, el pueblo está cansado de tantos atropellos y batallas perdidas, al punto que en sus conciencias hoy reina la desconfianza y desilusión, y en esa sensación de abandono se conforman con limosnas y lo que hay. No son muchos los que aún luchamos con cualquier herramienta a la mano por una causa más grande que nosotros mismos. ¿Podemos realmente luchar todos contra ese gigante, que no es más que un molino de viento, para crear un mejor futuro para todos? ¿Son posibles los héroes en Nicaragua como Don Quijote de la Mancha?

La crisis moral, social, política y económica del país es cada día más asfixiante para la mayoría de la población. Los precios de los servicios básicos, los alimentos, el combustible van cada día más caros, porque la banda del gobierno que pone los precios hace negocio vendiéndolos al más alto precio, mientras que Venezuela les ha entregado estos años pasados el petróleo a bajo costo. Los salarios no dan para vivir una vida digna. La brecha de desigualdad social es cada vez más grande, donde unos pocos de la pandilla son los que se dan la gran vida y la mayoría sufre la más humillante miseria.

En esta orfandad social, los ciudadanos sentimos que el ejército y la policía nacional no protegen a nadie sino a sus propios intereses económicos, representando con su actuación el símbolo más vivo del servilismo y la prebenda. La Asamblea Nacional, que debería de ser la primera fila de real oposición, es un mercado donde compra barato el equipo de gobierno. Los autollamados “líderes de la oposición” no hacen más que mentir sin asco por los medios de comunicación y negociar con la pandilla de poder los derechos del pueblo, para poder mantener su estabilidad económica.

Somos una nación secuestrada por gente sin escrúpulos que aplica la "ley de la selva" donde la corrupción y la inseguridad ciudadana están a la orden del día. Las líneas telefónicas y de internet están más interferidas que nunca y no tenemos ningún tipo de privacidad. No tenemos la garantía de un sistema judicial donde todos los ciudadanos sean iguales ante la ley. Los abusos violentos a la ciudadanía nicaragüense de parte del grupo de poder aparentemente no cesan porque no hay quién los detenga. Según ellos, han logrado domesticarnos, intimidarnos, adormecernos, y convencernos con su discurso meloso y mentiroso comprando nuestras conciencias con limosnas y regalos. Creen que ya no tenemos fuerzas, ni valor, ni organización para responder adecuadamente a tantos atropellos. Aparentemente, la ciudadanía está abandonada y desamparada.

Los valores que nos enseña Don Quijote son la fe en la justicia, el afán de libertad, el valor y el amor, aunque al final sea “un caballero de la triste figura” como diría Sancho Panza. En este sentido, los que luchamos por una Nicaragua mejor, nos parecemos a Don Quijote por lo débil y solos que estamos frente a un “gigante”, que no es más que un molino de viento con las aspas rotas por lo que sucede hoy en el mundo, sin más viento político que lo mueva. Aunque pareciera que nuestra lucha no tiene razón de ser puesto que nuestra verdad no tiene por el momento posibilidad de cambio. Le pregunto a usted, conciudadano lector: ¿Cree que los que creemos en una Nicaragua mejor estamos perdiendo nuestro tiempo luchando contra una causa perdida, o vale la pena luchar por nuestra amada Nicaragua? A usted le corresponde con sus actos la repuesta, ahora es tiempo de comenzar.

4 comentarios:

  1. Adelante Cristiana, buen articulo, las nuevas generaciones son el futuro inmediato de este pais, te felicito por tu trayectoria.
    saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias Don William, agradezco mucho su apoyo. ¡Saludos a su familia!

      Eliminar
  2. muy bueno tu articulo yo en est momento estoy buscando una comparaacion de don quijote de la mancha con la crisis moral de venezuela y esto m ayuda en mucho ya q venezuela esta viviendo lo mismo q nicaragua injusticia todo cda dia mas caro el gobierno unos corructos etc. etc............

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Así es! Estamos en las mismas, con gobiernos corruptos que sólo buscan dinero para ellos, no se sueltan del poder, aquí también está la inflación, todo cada día más caro... etc. etc. ¡Agradezco tu difusión!

      Eliminar