domingo, 28 de julio de 2013

Los nefelibatas




Los nefelibatas

Por: Cristiana Guevara-Mena


Sube y sube, pero ten
Cuidado, Nefelibata,
Que entre las nubes también
Se puede meter la pata.
-Antonio Machado

Nefelibata. ¿Qué palabra más extraña, no? Esa palabra se refiere a las personas soñadoras que viven en las nubes. Se formó con las palabras griegas nephéle, que significa ‘nube’ y bates ‘el que anda’. Rubén Darío, fue el primero que la utilizó en su poema Epístola, que escribió en homenaje a la esposa de Leopoldo Lugones, quien fue un poeta, ensayista, periodista y político argentino. Esta palabra curiosa es muy utilizada entre la gente muy culta para referirse a los poetas, que viven siempre en las nubes y no les gusta vivir su propia realidad.

Habiendo comprendido el significado de esta palabra tan rara, hablemos un poco sobre los poetas en general. Desde que la humanidad existe, el hombre ha interpretado su realidad a través de figuras y cantos, el drama de su propia realidad. En el mundo griego, existían autores como Esquilo, Sófocles, y Eurípides, quienes fueron los tres grandes poetas trágicos griegos de la antigüedad, que mediante sus relatos de amor y luchas relataban el conflicto de la sociedad griega. Los trovadores del Medioevo, con cantos y danzas de poemas románticos y épicos, hacían vivir a los pueblos su verdad. Trasladémonos ahora a América. En Cuba, el famoso poeta cubano, José Martí, fue consecuente con lo que escribía, fue luchador por la libertad de su país y entregó su vida en el campo de batalla. En Nicaragua, Rubén Darío en Oda a Roosevelt, describió la relación internacional entre Estados Unidos y Nicaragua que aún es una situación dramática. Asimismo, los autores y actores políticos como Ernesto “Che” Guevara y Carlos Fonseca Amador, reflejan en sus escritos un pensamiento ideológico y una visión de la realidad que los rodeaba.

No podemos negar que nuestro país está atravesando un momento oscuro, triste y dramático. Aquí, las verdades son falsificadas y los valores se encuentran asfixiados por una propaganda totalitaria y mediocre extendida por todo el país. Esto pretende secuestrar la imaginación de todos los nicaragüenses, amedrentando a las personalidades sobresalientes haciendo que ellas mismas se suiciden intelectualmente mediante una autocensura voluntaria. Sepamos que esta conducta es promovida por la persona responsable de la difusión y la cultura del gobierno.

La generación a la que pertenezco, a los que nacimos en los años ochenta, señalamos y criticamos la generación de nuestros padres por incompetentes, corruptos, ignorantes y arrogantes, que nos han llevado a la triste situación que vivimos hoy. Mi generación quiere encontrar en los poetas y escritores locales la expresión en la que vivimos, la protesta y la resistencia al secuestro intelectual. No queremos aceptar ni permitir que los poetas actuales vivan una nefelibata, que sólo escriban sobre sus confesiones o de su mundo tóxico de depresiones que llevan como bandera, porque sería una traición deshonesta de la necesidad de libertad de nuestro pueblo. Queremos encontrar en los poetas y escritores de nuestra generación que publican en el siglo XXI, un relevo que se ajuste a la situación actual, que manifiesten sin miedo y con mucho patriotismo su acción solidaria con el resto de la población bajo las diferentes expresiones artísticas y culturales, que no sería primera vez que se hace en nuestra historia poética nicaragüense.

Es a través de estas palabras, no como autora, sino como ciudadana nacida en los años de “la noche oscura”, le pido a los poetas de mi generación que vuelvan sus ojos hacia nuestra realidad llena de angustias, miedo, atropellos y una larga lista de etcéteras que compartimos todos los nicaragüenses que no estamos en las filas de obediencia o lealtad del gobierno actual. Les exijo como una más de la generación, que expresen con valentía y hermosa poesía lo que vive nuestro pueblo. Expresen con coraje lo que vivimos. Asuman su rol y responsabilidad que les corresponde. Porque si no, la ausencia de esa expresión deberá de entenderse como cobarde complicidad por la voluntaria autocensura, y pasarán a la historia como los poetas silenciados viviendo la nefelibata. Como dice Octavio Paz en el prólogo de su obra Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe: “Ignorar la relación entre la sociedad y poesía sería un error tan grave como ignorar la relación entre la vida del escritor y su obra”.


martes, 23 de julio de 2013

Animal Farm


Animal Farm

By: Cristiana Guevara-Mena


Animal Farm is a satirical novel of social complaint, written by George Orwell in 1945. It's about a group of animals on a farm that expel a very drunk Mr. Jones, the owner of Manor Farm, who did a poor job managing the farm. They later create a system of self-government that ends up becoming a brutal tyranny. It begins with a wise old pig, Major, that encourages the neglected animals to rebel and run the farm themselves, saying that everyone should be equal. Then he dies. Everyone is excited about the rebellion except Benjamin, a cynical donkey whose main role in life is to be cynical. Then the animals rebel and the pigs end up playing the role of leaders, and eliminate Major’s first ideal of equality.

Moreover, a conflict between two pigs, Napoleon and Snowball, immediately arises. Following that conflict, Napoleon, in order to become Almighty, employs and trains nine fierce and huge dogs that he stole when they were puppies, and separates himself from Snowball. The pigs end up destroying everything. They break all the rules and take advantage of the other animals. Life on the farm gets worse by the day, the animals forget the original dream of Major, and pigs make one bad decision one another. The lowest point is when the pigs send Boxer to die (a loyal working horse that is ready to retire). In short, the pigs begin to closely resemble the former owner, only worse. Eventually Benjamin, the cynical old donkey, is proven right.

Orwell's story reminds us of our Nicaraguan reality, especially when July 19 is celebrated. Our first owner of the farm was Anastasio Somoza García. With his repression and not so good management of the farm, he caused dissatisfaction and intolerance among the animals. This situation gave place for a leader to emerge, that would comparatively be Augusto Cesar Sandino, the people’s leading pig with proposals of freedom, who encourages the rest of the inhabitants of the farm to rebel against the tyranny and to govern themselves. Unfortunately, the legendary leader dies.

Of the nine pigs/commanders who led the last rebellion, only two pigs are left. One is in government surrounded by the National Police and the Army, which act like the stolen and trained dogs since they were puppies. The other pig, of intellectual trend, which today is called "renovator" and has no dogs, has been expelled and removed from power. Let’s not be mistaken, in the end all of them are the same. We can say that, as in the novel, the pigs are to blame for the destruction of the farm. This has caused increasing poverty in the lives of the inhabitants, with the natural exception of those who are related to those in power. All the pigs have forgotten the message of Major. Now the farm is worse than when the white man was around.

Let’s also remember the death of Boxer, the loyal and hardworking horse that was sent to die, just like our air force that has been mysteriously killed in a helicopter crash. Nobody knows why they died, like the horse Boxer. Also, the cynical donkey never agreed with anything, just like the unhappy sectors who have always been opponents. Nobody paid any attention to the donkey or to the opponents, but in the end, they were right. Let’s see if this time the residents of the farm will listen.

Our Nicaragua, like the novel, needs a new kind of rebellion that represents the awakening of our citizens who are oppressed under a brutal tyranny of pigs. This rebellion must be optimistic and full of new ideas that represent the popular welfare. Those of us on the farm still believe in liberty and justice for all, just as old Major would say. Now is the turn of the rest of the people to take charge of a new leadership for a better country, that is, a better farm. The time is now, only this time, let’s not take into account any pork, since we know what they are capable of. If we do take them into account, let it be to extract fat to feed the rest of the farm that has been hungry for too long.


miércoles, 10 de julio de 2013

La Rebelión en la Granja




La Rebelión en la Granja

Por: Cristiana Guevara-Mena


La Rebelión en la granja es una novela satírica de reclamo social, escrita por George Orwell en 1945. Trata de un grupo de animales en una granja que expulsan al muy borracho Sr. Jones, dueño de Granja Manor, que hacía un mal trabajo en la administración de la granja, y crean un sistema de gobierno propio que acaba convirtiéndose en una tiranía brutal. Comienza con un cerdo viejo y sabio, Major, que anima a los animales desatendidos a rebelarse y manejar la granja ellos mismos, diciendo que todos deben ser iguales. Luego muere. Todos están emocionados con la rebelión menos Benjamín, un burro cínico cuyo papel principal en la vida es ser cínico. Los animales se rebelan, y los cerdos terminan desempeñando el papel de los líderes, y eliminan los primeros ideales de igualdad de Major.

Surge luego un conflicto inmediato entre dos cerdos, Napoleón y Bola de Nieve. A raíz de ese conflicto, Napoleón, para hacerse el Todopoderoso, emplea y entrena nueve perros feroces y enormes que robó cuando eran cachorros, y se aleja de Bola de Nieve. Los cerdos terminan destruyendo todo, rompen todas las reglas, y se aprovechan de los otros animales. La vida en la granja cada día empeora más, los animales se olvidan del sueño original de Major y los cerdos toman malas decisiones una tras otra. El momento más bajo es, cuando los cerdos mandan a morir a Bóxer, un caballo leal y trabajador que está listo para retirarse. En resumen, los cerdos empiezan a parecerse mucho al antiguo dueño con quienes empezaron, tal vez aún peores. Al final Benjamín, el viejo burro cínico, tenía razón.

Esta historia de Orwell nos recuerda a nuestra realidad nicaragüense, especialmente al celebrar el 19 de Julio. Nuestro primer dueño de la granja era Anastasio Somoza García. Que con su represión y no tan buen manejo de la granja, causó la insatisfacción e intolerancia de los animales. Esta situación da lugar a que surja como líder uno de los habitantes porcinos, que comparativamente sería Augusto César Sandino, con propuestas de libertad, que anima al resto de los habitantes de la granja a rebelarse contra dicha tiranía y a que se gobiernen por ellos mismos. Lamentablemente, el legendario líder se muere.

De los nueve comandantes porcinos que lideraron la última rebelión, quedaron sólo dos cerdos. Uno está en el gobierno rodeado de la Policía Nacional y el Ejército, que actúan como los perros robados y entrenados desde que eran cachorros. El otro, de tendencia intelectual, que hoy día se llama “renovador” y no tiene perros, ha sido expulsado y apartado del poder. No nos confundamos, al final todos son iguales. Podemos afirmar que, como en la novela, los cerdos son los culpables de la destrucción de la granja. Esto ha causado que la vida de los habitantes sea cada día más deficiente, con la natural excepción de los afines al poder. Todos los cerdos se han olvidado del mensaje del jefe Major. Ahora manejan la granja peor que el hombre blanco.

Recordemos también la muerte de Bóxer, el caballo leal y trabajador que mandan a morir, como nuestra fuerza aérea que se ha muerto en un accidente de helicóptero misteriosamente. Nadie sabe por qué murieron, como el caballo Bóxer. Asimismo, el burro cínico que nunca estuvo de acuerdo con nada, es igual a los sectores inconformes que siempre han sido opositores y que nadie les hizo caso, pero que al final tenían la razón, a ver si esta vez los pobladores de la granja le escuchan.

Nuestra Nicaragua, como la novela, necesita una nueva clase de rebelión, que represente el despertar de la ciudadanía sometida a la tiranía brutal de los cerdos. Esta rebelión debe ser optimista y con nuevas ideas que representen el bienestar popular. Los que somos de esta granja, todavía creemos en la libertad y en la justicia para todos, igual como lo decía el viejo Major. Ahora es el turno del resto de los habitantes a tomar las riendas de un nuevo liderazgo para un mejor país, es decir, una mejor granja. El tiempo es ahora, sólo que esta vez, no tomaremos en cuenta a ningún cerdo, ya sabemos de lo que son capaces. Si los hemos de tomar en cuenta, que sea para sacarles la manteca, para alimentar al resto de la granja que ha pasado hambre por demasiado tiempo.