sábado, 28 de septiembre de 2013

Sor Juana Inés de la Cruz (English version)



Sor Juana Inés de la Cruz

By: Cristiana Guevara Mena


Sor Juana
is the flickering flame
At night of the viceroyalty’s stone
- José Emilio Pacheco

Did you know that the first true intellectual feminist, who also happened to be one of the greatest poets of our continent, was a Mexican? For those who do not know, Sor Juana Ines de la Cruz was known for her brilliance and contribution to Baroque literature, which she closed with a flourish, and was known as "The American Phoenix" and "The Tenth Muse". However, this article will not discuss her sonnets and quatrains. The intention is to show her courage and determination, which were ahead of her time. Why did she represent a threat to large areas of power of the society in which she lived? What is the example that she leaves for all women to follow?

Sor Juana Ines was a sharp poet who defied the religious and political authorities of her day with the weight of her pen. Let’s relocate ourselves in the seventeenth century, to Mexico's colonial era. She was the Hispanic woman in America who rebelled against an oppressive structure that wanted to limit and subjugate her. She confronted the pride and vanity of power that, as always, could not take criticism and was bothered by dissenting voices. Ironically, she was protected by the viceroy, but when he returned to Spain, she ended up at the mercy of the moral blackmail of her own religious brothers. This was the last stab to the heart that ended the life of the intellectual protest symbol of American women, long before any female symbol in the world.

It is said that in our society, machismo mistreats women in all the spaces we know, from domestic violence to wage inequality, and a long list of etceteras. Unfortunately, our culture teaches that women should put up with everything their husbands do because their husbands sustain them - something Sor Juana flatly rejected in her time - or that you need to “marry well" so you can have a good life. This retrograde and colonial mentality is in most women in our culture, from the most humble to the lady of the highest social spheres. Thus, how can we expect the Nicaraguans to create a revolution to free us from a dictatorship, if our women are the first to teach the subjugation and support abuse? If the woman does not convey the value of respect for herself, how do you expect her kids to do so when they face the world?

Women represent the center of the family and society. They share with men the authority and financial responsibility and education of their children. They are the engine of change in any society, for they receive the first impact of bad governance, social abandonment by the dictatorship, the impact of civil war, and lack of education and opportunities for their children. The idea is not to undo families, but to teach women that they do not need a man in order to think or to be autonomous.

We must understand that there will be no social revolution that is not based on women as the planters of freedom and true independence. The role of women goes far beyond being a home caretaker, child breeder, or diversion for men, as Sor Juana reflected in her work. She has the first responsibility of every social change because she transmits life and values ‌‌towards other human beings. She is capable of delivering an entire society from authoritarian submission by any government with the education she gives at home to her children, and the example she gives in her environment.


Sor Juana Ines de la Cruz teaches that women have the power to challenge political oppression with courage, talent, and with what they have at our fingertips, from a paper and pen to the care of an entire family. It’s not necessary to be nuns or live in a convent in the seventeenth century to bring change in our society. Let all of us women be part of a real social change based on the transmission of human values ‌‌to others, whether it is as mothers, professionals, or as great controversial writers like Sor Juana Ines de la Cruz.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Sor Juana Inés de la Cruz




Sor Juana Inés de la Cruz

Por: Cristiana Guevara-Mena

Sor Juana
Es la llama trémula 
En la noche de piedra del virreinato
-          José Emilio Pacheco

¿Sabían que la primera verdadera feminista intelectual, y que además fue una de las más grandes poetas de nuestro continente, era una mexicana? Para los que no la conocen, Sor Juana Inés de la Cruz fue conocida, por su brillantez y el aporte a la literatura barroca, la cual cerró con broche de oro, y fue conocida como “El Fénix de América” y “La décima musa”. Sin embargo, este artículo no pretende analizar sus sonetos ni redondillas. La intención es demostrar su coraje y determinación que se adelantan a su tiempo. ¿Por qué representaba ella una amenaza a las grandes esferas de poder de la sociedad en la que ella vivía? ¿Qué ejemplo a seguir nos deja a todas las mujeres?

Sor Juana Inés era una poeta aguda que desafiaba con el peso de su pluma a las autoridades religiosas y políticas de su época –ubiquémonos en el siglo XVII de la época colonial de México–. Es la mujer hispana en América que se rebela contra una estructura opresiva que pretendía limitarla y someterla. Enfrentó la soberbia y la vanidad del poder, que como siempre, no aguanta la crítica, y le molesta las voces disidentes. Irónicamente, era protegida por el virrey, pero cuando éste se regresa a España, queda a merced del chantaje moral de sus propios hermanos religiosos. Esta fue la última puñalada al corazón que termina con la vida del símbolo de la protesta intelectual de la mujer americana, mucho antes que cualquier símbolo femenino en el mundo.

Se dice que en nuestra sociedad, el machismo maltrata a la mujer en todos los espacios que conocemos, desde la violencia doméstica, a la desigualdad salarial, y una larga lista de etcéteras. Lamentablemente, nuestra cultura enseña que la mujer debe aguantarle todo a su esposo porque la mantiene, – cosa que Sor Juana rechazó rotundamente en su época – o que se debe de casar “bien” para que pueda tener una buena vida. Esta mentalidad retrógrada y colonial, está en la mayoría de las mujeres de nuestra cultura, desde la más humilde, hasta en la señora de las más altas esferas sociales. Siendo así, ¿cómo esperamos los nicaragüenses crear una revolución que nos libere de una dictadura, si nuestras mujeres son las primeras en enseñar a soportar el sometimiento y maltrato? Si la mujer no transmite el valor del respeto hacia ella misma, ¿cómo espera que lo hagan sus hijos cuando les toque enfrentar el mundo?

La mujer representa el seno de la familia y de la sociedad. Comparte con el hombre la autoridad de los hijos y la responsabilidad económica y de educación. Es el motor de cambio de cualquier sociedad, ya que recibe el primer impacto del mal gobierno, del abandono social, de la dictadura, el impacto de la guerra civil, educación y falta de oportunidades para sus hijos. No se trata tampoco de deshacer familias, pero la mujer debe aprender que no necesita estar a la orilla de ningún hombre para pensar ni para ser autónoma.

Sepamos que no habrá revolución social que no parta de la mujer como sembradora de libertad y verdadera independencia. El rol de la mujer va mucho más allá de ser cuidadora de casa, reproductora de hijos o diversión para los hombres, como Sor Juana refleja en su obra. Es la primera responsable de todo cambio social ya que es transmisora de vida y de valores hacia otros seres humanos. Es capaz de liberar toda una sociedad del sometimiento autoritario de cualquier gobierno con la educación que les da en casa a sus hijos y el ejemplo que da en su entorno.

Sor Juana Inés de la Cruz nos enseña que la mujer tiene el poder de desafiar la opresión política con coraje, talento, y con lo que tenemos al alcance de nuestras manos, desde un papel y pluma, hasta el cuido de una familia entera. No es necesario ser monjas ni vivir en un convento en el siglo XVII para generar cambios en nuestra sociedad. Seamos todas las mujeres parte de un verdadero cambio social que se base en la transmisión de valores humanos hacia los demás. Ya sea como madres, profesionales, o grandes escritoras controversiales como Sor Juana Inés de la Cruz.