Por: Cristiana Guevara-Mena
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero
llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.
-Rubén Darío.
Rubén Darío (1867-1916), conocido como
el “Príncipe de las letras castellanas” y “Padre del Modernismo”, compuso este
poema en su obra Cantos de Vida y
Esperanza (1905). El poema Canción
de otoño en primavera es una de sus composiciones más conocidas a nivel
mundial. Es una añoranza a ese período de la vida en el que todo parece
ser positivo, por eso se pronuncia con un tono nostálgico. Para muchas
personas, la juventud supone ser la mejor época de la existencia para todos los
seres humanos.
Desde la época de la
última guerra en Nicaragua, nuestra juventud nicaragüense idealista y soñadora,
ha participado a pecho descubierto en la lucha en armas contra la dictadura
somocista. Llenos de romanticismo revolucionario apropiado a la propaganda
política, cayeron bajo las balas mirando hacia un futuro promisorio de
libertad, progreso y desarrollo que todavía no llega. Desde entonces, ha sido
una juventud maltratada físicamente, frustrada y traicionada por promesas
incumplidas de una Nicaragua nueva, y sólo se han logrado instaurar diferentes
dictaduras una tras otra desde esa fecha.
Hoy, esos mismos
jóvenes sandinistas soñadores, hombres y mujeres, soldados, intelectuales,
músicos y poetas, a causa de hechos plagados de engaño y traición, se lamen las
heridas de sus ideales libertarios y nacionalistas estafados. ¿Qué es lo que ha
pasado? Lamentablemente, las pandillas armadas, codiciosas de dinero y poder
sólo se han enraizado en las instituciones del Estado. Como resultado, han
quedado miles de jóvenes muertos, mutilados, traumatizados y huérfanos que aún
tienen además como llaga mental un gran resentimiento. Hasta hoy es una tarea
pendiente y una responsabilidad más grande que nunca.
Hoy en día, a partir
de esa amarga experiencia que se transmite de padres a hijos, la indiferencia y
el egoísmo han pasado a ser un sello distintivo de gran parte de los
adolescentes y jóvenes. La energía que posee la juventud no
es empleada para exigir, impulsar y acompañar los cambios que nuestro país
requiera, sino que reinan en sus cabezas la ebriedad del derroche, las parrandas, y
las frivolidades del entretenimiento mediático.Lamentablemente,
la apatía y pereza juvenil concuerda con la ausencia de esperanza que vive la
sociedad, cada individuo por el peso de la realidad se siente derrotado sin
luchar y sin saber cómo hacerlo, aceptando que su sola voluntad en nada va a
contribuir para un cambio positivo en la realidad.
Es una verdad que los jóvenes somos la
mayoría en toda la nación, por eso debemos entender, que ser joven significa
usar ese espacio de tiempo para el beneficio de todos. Sepamos que es parte de
la estrategia de los diferentes gobiernos hasta hoy mantenernos ignorantes,
inertes, sin ánimo de competir y mediocres para que no podamos superar nunca
esta etapa nuevamente oscura de la historia. Es cierto que por justificado
temor no es fácil decir ni hacer muchas cosas en Nicaragua, lo más fácil es
callar y acostumbrarnos a la mediocridad. Por eso, necesitamos tomar la
historia en nuestras manos y no dejar que piensen por nosotros. Esto se logra
esforzándonos por nuestra educación, la información y la cultura para poder
generar cambios positivos para el futuro de nuestro país.
Joven ciudadano lector, es importante
que al igual lo dice el Evangelio, no enterremos nuestros talentos y nos
eduquemos lo más que podamos para que nadie nunca más nos pueda estafar. Lo
importante es que no aceptemos los atropellos y la corrupción como parte de la
normalidad en nuestra forma de vida y que nos interesamos por hacer un cambio,
aunque sea poco o el más pequeño. Somos los jóvenes la mayoría poblacional del
momento, y tenemos que sacarle ventaja. Como dice Rubén Darío, la juventud se
va para no volver, por lo tanto no lo seremos por mucho tiempo. Si todos
decidimos ir en una misma dirección es seguro que los cambios positivos en
nuestra amada Nicaragua serán beneficiosos para todos y una realidad. No nos
dejemos dominar por el miedo, somos libres y seremos lo que queremos ser.
Estamos en un momento difícil, pero también en un momento de esperanza. Como
dice el Papa Francisco: “Es
necesario jugarse la juventud por grandes ideales. ¡Pregunta a Jesús qué cosa
quiere de ti y sé valiente!”
Me gusto este artículo, es increíble que la juventud Nicaraguense esta adormecida, contrario a otros países en donde la juventud cada vez más está engrosando los movimientos de indignados
ResponderEliminarEso que decís es una gran realidad, la juventud necesita despertarse. Muchas gracias por tu comentario.
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