El
país de las maravillas
Por:
Cristiana Guevara-Mena
Nicaragua es conocida como
la “tierra de lagos y volcanes”, con gente amistosa, calurosa y solidaria con
los demás. Con playas hermosas, donde se promociona el turismo gracias a sus
vastas bellezas naturales. Pero así como Nicaragua es físicamente bella,
también es un mundo donde todo es posible. En nuestro país, es lo mismo ser
honesto y ladrón, ignorante y un gran profesor, o hacer las cosas legal o
ilegalmente. En este país de las maravillas, nos encontramos con corruptos como el "gato de chesire" que aparecen y desaparecen, y una reina de corazones que según ella, todo lo pinta bonito. Todas las instituciones del Estado
están perfectamente orquestadas al son de la misma música de carrusel, y el
pueblo es el gran espectador. Es un gran parque de diversiones, donde el
director es siempre el jefe de gobierno de turno. Todo lo que sucede es parte de
las maravillas del país.
Las leyes del país son
consideradas sugerencias y no de naturaleza obligatoria. El desorden que desata
la desobediencia de las mismas es visto como parte del folclor que vemos y
vivimos a diario. La policía nacional es meramente decorativa y no garantiza
ningún orden público, son como una “roconola” de los años cincuenta que
funciona cuando se le mete cierta cantidad de dinero y toca la canción al gusto
del cliente que le metió la moneda.
Los funcionarios públicos del
Consejo Supremo Electoral, La Corte Suprema de Justicia, La Contraloría General
de la República, El Banco Central, y todos los ministerios compiten por ocupar
el lugar del mejor títere del gran titiritero que todo lo controla con sus
manilas. Estos son los corruptos más reconocidos en el país, pero nunca han
conocido las rejas de una prisión puesto que aparecen y desaparecen a su antojo
y sólo dejan una amplia sonrisa, como el gato. No son más que mascotas que sólo obedecen
órdenes de su reina de forma incondicional. Si la gran reina de corazones les da confites, las
mascotas seguirán siendo obedientes a sus órdenes y deseos.
Pertenecemos a un país donde
tampoco existe conciencia ni memoria política, histórica o económica, puesto
que estamos acostumbrados a elegir a dirigentes sin saber cuál es su plan de
gobierno. Si dan camisetas, gorras, gallinas, o láminas de zinc durante la
campaña, es suficientemente bueno para elegirlo, sin importar el plan que
tengan a futuro. Esta forma de pensar es muy conveniente para los dirigentes
porque les garantiza la larga vida de su poder.
No olvidemos los hospitales
donde la gente sale más enferma que a como entró, en muchos casos las personas
entran vivas y caminando, y salen muertas. En las escuelas públicas no educan
ni preparan para el futuro a los estudiantes, más bien son adoctrinados para obedecer
al gobierno de turno e incentivados a la ociosidad. Asimismo, la oposición
unificada brilla por su ausencia. Las voces opositoras son ahogadas por tanto
ruido de la gente en este gran parque de diversiones donde sólo suenan cantos de sirena de la gran orquesta perfecta dirigidos por los jefes de turno. Es
también parte de las maravillas que tengamos a un ciudadano sospechoso de todo,
e incalumniable, (ya que todas las acusaciones en su contra aparentemente son
ciertas), como Presidente de la República.
Todo esto forma parte del
folclor de nuestra amada Nicaragua, el bonito país de las maravillas por
excelencia. No es la “tierra de las oportunidades” como quisiéramos y lo son nuestros
vecinos del norte, pero sí es “la tierra de posibilidades” dónde hasta lo más
absurdo es perfectamente posible. Los problemas sin resolver aumentan en una
montaña rusa sin parar. En fin, no sabemos hasta donde llegaremos y si nuestro
país saldrá adelante, ya que Nicaragua ha sido el país de
las maravillas desde hace mucho tiempo.
Muy cierto, y es por eso que a frase: "Nicaragua, el país de las maravillas" es de uso común, así como frase del día a día en la realidad Nica. A como te mencioné anteriormente, me gustó mucho la comparación de la roconola de los 50 con la policía Nacional, triste, pero cierto. Me pregunto si cuando un policía con todos sus valores bien puestos piensa en entrar a servir a su país y proteger sus leyes piensa a toda la corrupción e impotencia a la que se va a enfrentar... Debe ser muy triste pensar un día "x" en dedicar tu vida al servicio y protección de la sociedad en la que vives y luego enfrentarte a una cruel y cruda realidad, como lo es enfrentarte a que trabajas en una entidad con escasos recursos, con personal indispuesto (por falta de motivación), Jefes corruptos que probablemente te digan que no pierdas tu tiempo haciendo las cosas bien porque eso no te va a dejar nada bueno... etc, etc....
ResponderEliminarDe la misma forma pasa en los hospitales, muy similar, pero, al menos la motivación por lo económico quizá es menos palpable, aunque ya bien sabido que Nicaragua es el país de America Central donde peor gana un médico. Entre otros muchos factores es por eso que el servicio de los hospitales deja mucho que desear, Claro que existen excepciones y existen quienes hacen magia con los recursos que disponen igual en la Policía...
¡Muchísimas gracias por tu comentario! Son comentarios como los tuyos que me animan a seguir escribiendo. Gracias de todo corazón.
Eliminarvaya, estamos fregados todos!pero no veo ni una pizca de codimento en tu receta antisandinista para la tan priveligiada empresa privada que tambien baila junto a la roconola, o ¿no?...gracias Lic. Guevara por su espacio...
ResponderEliminarJajajajajá!! tenes razón, me hizo falta la empresa privada... para la próxima!
EliminarBorré también su comentario anterior porque ya hice las correcciones. Me gustaría conocerlo, por favor escríbame.
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