martes, 29 de julio de 2014

Asfixia





Asfixia

Por: Cristiana Guevara-Mena

La asfixia se produce cuando deja de fluir oxígeno a los pulmones o bronquios por una obstrucción en la garganta o tráquea. Entre las causas de asfixia se encuentran el ahogamiento, el envenenamiento por gases, estrangulación, entre otras razones. Cuando hablamos de Nicaragua, no necesariamente nos referimos a la falta de aire que respiramos por nuestras narices, sino a la vida que cada vez está siendo más estrangulada por los altos costos vulgarmente impagables de autocensura, miedo, degradación moral, miseria, que van más allá de lo económico. Hay tanta escasez de todo lo indispensable que hasta al presente texto le faltan espacios. ¡Es un horror! Esta asfixia nos ataca a todos sin excepción en este país, desde el ciudadano más sencillo hasta las altas cúpulas del gobierno. Incluso a las instituciones de la iglesia y la empresa privada. El gobierno cada vez más nos bombardea de propaganda mediocre para maquillar la seria crisis de su mezcla ridícula de gobierno-partido-Estado. No tienen otra salida más que aferrarse al poder poniendo a sus perros incondicionales en las instituciones-botín-de-guerra que tenemos porque de otra manera su poder es insostenible. A falta del suministro de petróleo venezolano ya casi inexistente, se han tenido que inventar la ilusión de un canal interoceánico para justificar cualquier tipo de estafa y enormes cantidades de malversación de fondos para sostener el poco poder que tienen. La plata se nos acaba a todos y gritamos de desesperación porque nos estamos hundiendo en el fango como arena movediza. Si nos movemos nos hundimos más rápido, y si no nos movemos nos hundimos igual. Llegaremos al punto de estar completamente bajo tierra. Si tenemos suerte, solamente las yemas de los dedos índice y medio estarán en la superficie de la tierra dándoles el sol. Ya ni levantar la nariz para respirar será suficiente porque el espacio de ese aire se está reduciendo. La iglesia católica está encerrada en su propio marco de cuarenta por treinta centímetros colgados en la pared. Están pintados, casi inmóviles, atorados en ese lienzo que pinta un altar de sacerdotes con sotanas coloridas que ahora estrena el color rojo. La incapacidad o falta de intención de hacer algo por el pueblo además de lucir sus colores como retrato, poco a poco los está matando de asfixia. Luego que no se quejen por la pérdida de feligreses a causa de su falta de credibilidad y valentía frontal. Ese complejo de santidad acudiendo a sus “buenos hijos” no les servirá de mucho. A ellos tampoco los perdona la asfixia. En el chiquero de la empresa privada hay una manada de cerdos con hambre insaciable de dinero sin importarles de dónde viene, si el dinero es sucio, lleno de sangre o a costilla de quien sea. Ellos comen cualquier cosa que huela a dinero. Encerrados en su chiquero, cada vez más se sienten apretados por el engorde insaciable de sus panzas y de sus cuentas de banco. Al final el espacio para respirar no les interesa, ni quienes se ahoguen. Si están pegados unos contra otros sin poder moverse da igual con tal que sus panzas sigan en la tarea del engorde. Los periodistas, medios de comunicación, al menos los pocos decentes que quedan – si es que quedan – se les reducen los espacios de libre expresión. El gobierno es dueño de casi todos los medios, o si no, son dueños de un porcentaje de las acciones que limita la intensidad de la voz opositora. ¿Cómo hacen para sobrevivir con tan poco oxígeno mental? ¿Será que todavía estén vivos con una cuerda tan apretada al cuello? Están al borde de ser desnucados. Ya no se puede ver la diferencia entre los censurados a la fuerza o los autocensurados por intimidación. No olvidemos a la gran mayoría de la población huérfana y desamparada de representación auténtica. Ya no se puede estirar más como hule el salario mínimo para que no apriete tanto la barriga. El costo del bocado de comida está por los cielos y la mente no te da para pensar en conceptos tan bonitos como “ciudadanía” o “derechos humanos”. ¿Cómo se come eso? Lamentablemente eso no alimenta a cinco hijos de una madre soltera. Y a esta escritora sin importancia, cada vez más se le reducen los espacios para publicar sus ideas que a pesar de todo logra teclear en una máquina de escribir portátil caída en el desuso contemporáneo. Hay algunos casos en que los apretaron tanto que explotaron como espinilla y salieron volando a distintos países extranjeros porque ya no pudieron más con tanta escasez.  La vida se nos va y forzamos el aliento como con ataque de asma. Se nos está yendo el oxígeno, nos ahogamos todos por igual sin ninguna excepción. Y usted apreciado lector, ¿logró respirar al leer este texto? Sentimos que la arena y el fango nos están llegando a los hombros. Ni siquiera este escrito tiene separación de párrafos, ¡ya no hay espacios en ningún sitio! ¡No tenemos ni aire para gritar de desesperación! ¿Hasta cuándo seguiremos viviendo de esta manera? ¿Qué más tiene que suceder para que reaccionemos y cambiemos nuestra realidad? ¿Por qué tenemos que soportar tanta desgracia? Estamos hasta las narices. Es la hora de la verdad, nos hundimos, a respirar profundo a la cuenta de tres… uno, dos, tres, ¡ijjjgh!